sábado, 17 de septiembre de 2011


"Hay un éxtasis que señala la cúspide de la vida y por encima del cual no puede elevarse esta. Y lo paradójico de la vida es que este éxtasis se produce cuando uno está más vivo y se olvida absolutamente de que lo está. Este éxtasis, este olvido de la existencia, se produce en el artista, atrapándolo y sacándolo de sí en una llama de pasión; se produce en el soldado, ebrio de guerra en un campo desolado cuando lucha sin cuartel; y se produjo en Buck cuando encabezaba el grupo, entonando el antiguo grito alobunado, y perseguía aquella presa viva que se le escapaba velozmente a la luz de la luna. Sondeaba la profundidad de su naturaleza, y las partes de su naturaleza que eran más profundas que él, regresando hasta las entrañas del tiempo. Le dominaba el flujo poderoso de la vida, la merea de la existencia, el goce perfecto de cada uno de sus músculos, de sus articulaciones y de sus nervios, en tanto que representaban algo que no estaba muerto, sino vivo y exuberante, y se expresaba mediante el movimiento, volando exultante bajo las estrellas y sobre la faz de una sustancia muerta que no se movía."

- Jack London (The Call of the Wild)

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